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Comunicación ante la emergencia ecosocial.

Queremos compartir por aquí algunas de las reflexiones en común que hicimos en nuestro primer módulo “Ante la emergencia, transformación hasta en la comunicación” del curso que llevamos a cabo: EDUCOMUNICACIÓN O BARBARIE.

En este módulo estuvimos reflexionando sobre la situación actual del mundo, de nuestras realidades más cercanas o lejanas poniendo el foco en los ámbitos de la movilidad humana, los feminismos y la sostenibilidad de la vida. Todas las participantes reflexionamos sobre ello junto a personas referentes para nuestro colectivo, Mª Ángeles Fernández, Luís González y Helena Maleno; todo ello relacionándolo con la comunicación, con las formas de comunicar, los medios de comunicación y las redes sociales.

Algo que tenían en común las ponentes de este módulo es que las tres hablaban de vida, de políticas de vida en contraposición con políticas de muerte.

Uno de los análisis que surgió era el uso del cuerpo de las mujeres, de mujeres migrantes, para sacar rendimiento en las noticias. La necropolítica. ¿Cómo se usa el cuerpo de las compañeras migrantes? Por parte de los hombres que las acompañan, de la policía fronteriza, de los medios y de las propias organizaciones sociales. ¿Hay un lucro en la información sobre estas violencias u otro tipo de violencias contra las mujeres? Quienes se lucran ¿pretenden cambiar la cruda realidad a mejor y atajar los problemas de raíz?

Dentro de los tres ámbitos en cuestión, veíamos algunos aspectos que los entrecruzaban. Uno de ellos es que la forma de opresión clásica, la lucha de clases, mediada por relaciones laborales dentro del capitalismo, ha tenido que ser enriquecida por otras formas de opresión como el género, las migraciones, el racismo, el especismo y la destrucción del medio. Por ello es importante tener una mirada conjunta y holística para comprender los distintos sistemas de opresión. Y otro aspecto sería que el impacto medioambiental no lo sufrimos de la misma manera las mujeres y los hombres, o unos territorios u otros. En este sentido el género o el origen marcará el grado de afectación de la crisis ambiental que nos acontece.

Consumimos los territorios. Esto hace que expulsemos a las personas de estos territorios. Por ejemplo, vemos como expulsan a las defensoras de DDHH y medioambientales de los territorios. O como se expulsan a pueblos originarios de su propio territorio ¿Esto está ligado a cómo consumimos? Parte de nuestro consumo explota a otras personas, incluso las esclaviza. Podemos hablar de neocolonización, de las nuevas formas aceptadas de colonización y de la supeditación a otros territorios y sus formas agresivas de consumo y explotación.

Nos planteábamos quiénes tienen la voz en los medios, de quiénes hablan las distintas informaciones, y nos damos cuenta que hay una visión androcéntrica. Además, las miradas no son nada interseccionales, con lo cual, quienes están atravesadas por varias opresiones no van a estar en buen lugar e incluso se puede señalar, juzgar y estigmatizar a un colectivo.

Analizando en profundidad la relación con la comunicación, vemos la importancia de cómo nos cuentan las cosas. ¿Es lo mismo decir “desarrollo sostenible” que “crecimiento sostenido”? Tiene mucho valor qué lenguaje usamos y los conceptos que usamos. No todo significa lo mismo y el sistema capitalista sabe apropiarse de todo para sus lavados de cara. Además, el cómo contamos y qué lenguaje usamos influye en a quién llegamos. No todas las personas pueden ser receptoras de un mensaje donde no se sienten representadas, o que no lo comprenden porque el lenguaje usado no está adaptado para todo el mundo. Cuándo realizamos campañas de comunicación desde nuestros colectivos, o cuando informamos desde nuestros medios y altavoces, ¿pensamos en comunicar para todas las personas o solo las que tiene una capacidad comprensiva acorde al contenido del mensaje?

En el momento en el que estamos nos plantea una serie de dificultades a la hora de hacer comunicación social. Y es que los discursos fascistas son fáciles de proyectar y enganchar a la sociedad. Muchos de nuestros discursos van a la raíz del problema, apelando al sistema y proponiendo modificaciones a nuestra forma de vida. Estos discursos conectan menos con las personas porque proponer cambios en la vida cotidiana no tiene “gancho”. Otro aspecto es la complejidad de articular discursos holísticos en la época de los discursos simplistas. No todo se puede comunicar a golpe de tweet. Y lo que queremos comunicar no son hechos súbitos que suceden una única vez, son procesos, cambios procesuales que modifican a las personas. Y comunicar procesos es más difícil que comunicar hechos puntuales.

Pero también tenemos ventajas, ya que en nuestra comunicación apelamos a lo colectivo, la principal fuente de bienestar. Poniendo la vida en el centro. Además, le damos importancia a las emociones y estos mensajes son muy potentes. Otro elemento ventajoso es que a veces es más lo que hacemos que lo que decimos, y estos actos de cuidados, de amor, de salvar vidas comunica de una forma más eficiente.

Son tiempos difíciles los que nos tocan vivir. Seamos altavoz de la esperanza de que podemos cambiar las cosas y construir un mundo más habitable en el que la vida y la felicidad sea el punto central de nuestras políticas y maneras de hacer las cosas.

Más adelante compartiremos los encuentros que mantuvimos dentro del curso que no tienen desperdicio ninguno.

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