DECIMOS NO A LAS PRUEBAS DE 3º
Resulta curioso que en el año 2015, cuando la teoría de las inteligencias múltiples está más que aceptada, cuando hablamos de competencias clave en todos los ámbitos del desarrollo, cuando hablamos de desarrollo integral, de inteligencia emocional… cuando entendemos que la educación debe ser inclusiva y contribuir al desarrollo personal y social…. seguimos planteando una educación que evalúa exclusivamente las matemáticas y la lengua mediante un sistema de exámenes absolutamente tradicional . Seguimos centrándonos en valorar niñas/os y no en evaluar las prácticas educativas o al profesorado, no en introducir prácticas innovadoras, en dejar atrás las clasificaciones para entender que cada niño y niña tiene su proceso de desarrollo y para darnos cuenta de que más horas de matemáticas y lengua no mejoran nada. Más al contrario, los índices de fracaso escolar son cada vez mayores, y cada vez se dan más situaciones de acoso escolar y violencia en los centros. Situaciones que no pueden cambiar si seguimos centrándonos en matemáticas y lengua y en llenar las cabezas de contenidos.
Desde el Colectivo Cala, nos oponemos a las pruebas que se están realizando en 3º de primaria, dentro de nuestra posicionamiento en contra de la LOMCE y a favor de una educación pública en valores alternativos.
Creemos que es importante resaltar cómo afectan este tipo de pruebas al alumnado con necesidades educativas especiales, que tiene una prueba diferente, y no será capaz de permanecer haciendo la prueba todo ese tiempo, o el otro alumnado con dificultades de aprendizaje, que tendrá una adaptación mínima y se sentirá inferior a sus compañeras/os al no poder realizarla en igualdad de condiciones y sentirse incompetente.
Cuando esta prueba se realice en 6º, los resultados sí que pasarán al instituto, con lo que llegarán marcados antes de empezar.
Estos exámenes se realizan a una edad temprana y, de acuerdo con las líneas pedagógicas conservadoras, sólo evalúan dos materias, matemáticas y lengua, de las 10 que componen los contenidos curriculares. Penalizarán, por tanto, los centros que apuestan por proyectos educativos que respetan los diferentes ritmos de aprendizaje de los alumnos y que aplican sus currículos en función de las inteligencias múltiples..
El gasto público en educación, disminuyó en 2012, en más de 4,000 millones y de ahí cada año menos presupuesto. Lo cierto es que la ratio profesor-a alumno-a ha aumentado, y en la mayoría de los centros vemos como el alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo aumenta, sin que aumenten los recursos personales. Además hay centros que no tienen dinero suficiente para pagar la calefacción o fotocopias. La realización de estas pruebas supone un gran gasto público.
Con la implementación de estos exámenes, se priorizará el adiestramiento de los alumnos hacia las pruebas y tercero de primaria se convertirá en un curso donde se focalice el esfuerzo en la enseñanza de matemáticas y lengua, en detrimento de otras áreas igualmente vitales para el desarrollo. La realización de estas pruebas es absolutamente contraria a la evaluación continua y formativa, y al propio aprendizaje por competencias. Volvemos a dar importancia únicamente a las áreas instrumentales. Además como las pruebas nunca miden lo que debieran, los resultados nunca son del todo buenos, lo que nuevamente se traduce en más horas de matemáticas y lengua, y no en cambios metodológicos o planteamientos más innovadores que tengan en cuenta la interrelación de las distintas áreas del desarrollo o de las distintas inteligencias (cada vez menos horas de música y plástica, por no hablar de que no hay tutoría en educación primaria).
Entendemos que no pueden llevarse a la práctica sin abrir antes un debate político, científico y social que, en este caso, se ha obviado. Estas pruebas son similares a las que ya se hacían con la LOE, y jamás se hizo nada para probar su eficacia, ni nos consultaron, ni sirvieron para nada…
¿cómo se vuelven a proponer pruebas de este tipo sin una evaluación previa de su utilidad?
¿sin preguntar a las personas que trabajan en los centros?
¿Van a preguntar al alumnado cómo se ha sentido?
¿Les van a permitir hacer una evaluación de las pruebas?
¿y al resto de la comunidad educativa?