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LO APRENDIDO Y COMPARTIDO. CON RABIA Y CUIDADOS

Por un Odio me entra y por otro… nos salimos

Este proyecto lo empezamos a pensar y a maquinar en pleno confinamiento… no era fácil proyectarse y saber cómo lo íbamos a poder hacer, pero sí sabíamos qué nos preocupaba: el aumento de discursos autoritarios y discriminatorios.

Nos preocupaba y enfadaba cómo se nos vendía la crisis sanitaria como “igualadora”, que todo el mundo sufríamos igual. No se mostraban las estructuras de opresión que afectan a las diferentes vidas.

Se nos quería ocultar:

  • las diferencias según la clase social y el dinero que entra en las casas cada mes o cada más tiempo,
  • las diferencias debido al machismo patriarcal imperante y
  • las diferencias según por el racismo de una sociedad colonialista, que en muchos casos maltrata a las personas migrantes de diferentes formas.

Y además… una vez más en momentos de crisis se buscan culpables donde no están.

A finales de 2020, principios de 2021 comenzamos formalmente el proyecto, leyendo mucho sobre discursos del odio y afirmando:

Entendemos que odies pero ¿a dónde te lleva ese odio?
viendo que no era lo mismo que te lleve a una ira en la que se entra en bucle y que te lleva a actuar fuera de tu ética, a que te lleve a una indignación que busca la transformación, el buscar soluciones juntas, como dicen las compañeras de Mujeres Sembrando: organizar la rabia desde la ternura.

También nos preguntamos ¿contra quién vertemos nuestro odio? ¿somos capaces de señalar quiénes son las personas y sobre todo las estructuras que hacen que nuestras vidas muchas veces sean vidas no cuidadas, vidas de sacrificio? ¿Miramos hacia arriba o miramos hacia abajo?

Y otra de las cosas que nos preguntamos para empezar este proyecto, era: nuestro odio ¿es nuestro? ¿Cómo nos manipulan para que odiemos?

Y con todas estas preguntas comenzamos Radio Nos Salimos que nos dio un meneo por todo el cuerpo.

Y nos indignamos, anda que si nos indignamos, pero también comprendimos más:

– comprendimos de dónde viene que las tierras y el poder político lo tengan los ricos,

– comprendimos de dónde sale el capital, el dinero, para que las grandes multinacionales sean cada día más ricas y el resto cada día más pobres y precarias,

– comprendimos que el racismo social duele, pero que el racismo institucional, el que te obliga a vivir con menos derechos, el que te llama ilegal solo porque no te dan documentos, o afirma que existe diferente tipo de migración según si es de origen latinoamericano o de otras procedencias, ese afecta mucho más, y que no se trata solo de buscar una sociedad más “amable” en el discurso (que también), se trata de conseguir una sociedad más justa;

– comprendimos que un mundo en el que si no tienes un empleo no tienes dignidad no es el mundo que queremos,

– comprendimos que las mujeres en todo este sistema nos hacemos cargo desproporcionalmente de los cuidados para que haya vida, pero a nosotras se nos devuelve la pelota con mucha fuerza y violencia…

– comprendimos que tenemos que interseccionar las diferentes estructuras de poder que nos quieren jerarquizar, que discriminan y marginan.

Y que normalizar esa marginación, es ya un discurso de odio, que se sustenta sobre la economía, la sociedad, pero también sobre nuestros deseos y sobre nuestra forma algunas veces de ser privilegiadas y discriminar sin ni siquiera ser conscientes de ello.

Pero no nos quedamos ahí, porque en Radio Nossalimos y gracias a los 3 procesos con los que hemos podido compartir muchísimo (Calincha Teatro Social y género, Mujeres Sembrando y la Comisión de Salud de Suerte de Saavedra) también aprendimos lo más importante, y es que del racismo, de la xenofobia, del clasismo y la aporofobia, del machismo heteropatriarcal….del odio… se sale!

Y hay muchas prácticas y experiencias colectivas, que con rebeldía y cuidados nos ayudan a salirnos. Individualmente, pero sobre todo colectivamente.

Ensayando nuevos futuros a través del teatro y del cuerpo, apropiándonos de la rabia y pasando por el cuerpo aquello que sentimos para poder gestionarlo, desde el apoyo mutuo entre mujeres, el cuestionamiento de una sociedad de la opulencia, que sin embargo oculta que gran parte no tiene cubierta sus necesidades.

Inventando fórmulas, desobedeciendo, creciendo en comunidad, con sororidad, con la exigencia de nuestros derechos, con sentido del humor, con alegría, con ternura y combatiéndolo, como decía la compañera Minelli: el odio se combate con amor…con amor del bueno.

Estos y otros aprendizajes los hemos podido palpar, no como teorías, sino como prácticas reales. Al igual que hemos palpado y recibido muchísimo cariño, amistad, complicidad con toda la gente que hemos ido compartiendo (solo por eso ya merecía la pena).

En estas jornadas no habrá recetas, queremos que haya experiencias y diversidad, y sobre todo nos gustaría que pudiéramos acercar un poco de esa esperanza que creemos que necesitamos. Que seamos consciente, que la revolución de lo cotidiano, está en nuestras manos hacerla cada día.

El cambio no va a venir por un proyecto financiado por una institución, pero ojalá que este proyecto haya servido, para animarnos un poquito más a organizarnos, a apoyarnos, a sonreirnos, encontrarnos y a disfrutar mientras conseguimos ir cambiando, lo pequeñito y lo grande.

Proyecto «Por un Odio me entra y por otro… Nos Salimos» financiado por la Agencia Extremeña Internacional para el Desarrollo.

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