ASAMBLEARISMO ALTERNATIVO EN LOGROÑO
El fin de semana del 1 al 3 de marzo hicimos un taller sobre asamblearismo alternativo en Logroño. Organizado por el colectivo Sandía aglutinó a veinticinco personas en su mayoría activistas de los distintos colectivos de la ciudad. La intención era reflexionar conjuntamente sobre el funcionamiento de nuestras reuniones y asambleas, señalar sus problemas más habituales, situarlas en el más amplio contexto de la atención a la vida de grupo y experimentar herramientas y ejemplos para una facilitación “fuerte”.
Y eso fue lo que hicimos en un clima estupendo y con una participación intensa. El taller aportó, creemos, varias cosas específicas:
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la defensa de una facilitación fuerte (unas personas del grupo que en cada asamblea abandonan el rol de participantes y se ponen al servicio del proceso colectivo), con técnicas y herramientas específicas frente a la “tiranía de la falta de estructuras”. La ejemplificación que llevamos a cabo se centró en el supuesto de una inmediata campaña contra la represión de los movimientos sociales en Logroño. Esta simulación (esperamos que sea algo más que eso) fue el núcleo del taller, haciendo paradas abundantes para explicar la función de cada paso e intentando solventar dudas y problemas.
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La orientación de esta facilitación al servicio del proceso colectivo frente a los procesos individuales que son incompatibles con él: los liderazgos (abiertos u ocultos), la utilización de formas sutiles o burdas de violencia verbal (agresiva o manipulativa), las reiteraciones, los retrocesos a cosas ya tratadas, las “excursiones” a temas que no son el que se está abordando, etc.
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La valorización del cuidado de la vida de grupo -en las asambleas y reuniones y fuera de ellas-. Sin clima adecuado, sin comunicación igualitaria, sin participación integral, no puede haber procesos eficaces y soportables de toma de decisiones y de acción y estos tres elementos, que constituyen la vida de grupo, no pueden darse, o se dan con mucha dificultad, el uno sin los otros.
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Una reflexión experimentada sobre los obstáculos más frecuentes en reuniones y asambleas, en la que las simulaciones estuvieron facilitadas por las participantes.
No quedó todo ahí. También tuvimos un notaller, sobre todo nocturno, en el que hablamos, todas, por los codos. ¡Una gozada!