LA BRÚJULA DEL CAMBIO: POR QUÉ LA EVALUACIÓN CONTINUA ES CRUCIAL EN PROYECTOS DE EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA GLOBAL Y LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL

En el mundo interconectado y en constante cambio en el que vivimos, los proyectos de educación para la ciudadanía global (EpCG) y la transformación social desempeñan un papel fundamental en la construcción de un futuro más justo, equitativo y sostenible. Este es el caso de Glocalópolis el actual proyecto de EpCG de Fundación Atabal.
Sin embargo, para que estos proyectos alcancen su máximo potencial y generen un impacto real, es esencial implementar procesos de evaluación continua y es en este punto en el que desde el Colectivo Cala estamos apoyando a Fundación Atabal.
¿Qué es la evaluación continua y por qué es importante?
La evaluación continua es un proceso sistemático y permanente de recopilación y análisis de información para medir el progreso y el impacto de un proyecto. A diferencia de la evaluación final, que se realiza al término del proyecto, la evaluación continua se lleva a cabo a lo largo de todo el ciclo de vida del mismo, permitiendo realizar ajustes y mejoras sobre la marcha.
En el contexto de la EpCG y la transformación social, la evaluación continua es crucial por las siguientes razones:
- Medir el progreso hacia los objetivos: Permite determinar si el proyecto está avanzando en la dirección correcta y si se están logrando los resultados esperados.
- Identificar áreas de mejora: Ayuda a detectar posibles obstáculos, desafíos o deficiencias en el diseño o la implementación del proyecto, permitiendo realizar ajustes oportunos.
- Aumentar la eficacia y el impacto: Al proporcionar información valiosa sobre lo que funciona y lo que no, la evaluación continua permite optimizar los recursos y las estrategias, maximizando el impacto del proyecto.
- Promover el aprendizaje y la rendición de cuentas: Fomenta una cultura de aprendizaje y mejora continua, tanto a nivel individual como organizacional, y garantiza la transparencia y la rendición de cuentas ante los beneficiarios y los financiadores.
- Adaptabilidad: En un mundo tan cambiante, la capacidad de adaptarse a nuevas situaciones es crucial. La evaluación continua permite la flexibilidad y la capacidad de reacción ante imprevistos. La implementación de la evaluación continua requiere un enfoque participativo e inclusivo, que involucre a todas las personas y colectivos relevantes, incluyendo a las beneficiarias, las educadoras, los/las líderes/lideresas comunitarios y también los organismos financiadores.
Desde el Cala apostamos por la participación en los procesos de evaluación porque garantiza la democratización del conocimiento, ya que los procesos participativos generalizan el conocimiento al reconocer y valorar los saberes y experiencias de todas las participantes. Esto promueve la construcción colectiva de conocimiento y la transformación de las relaciones de poder. Además desarrolla habilidades, es decir la participación promueve el debate, el pensamiento crítico, la comunicación, la colaboración y la toma de decisiones. Estas habilidades son esenciales para la participación ciudadana y la transformación social.
- Nos permite incluir perspectivas diversas: La participación de diversos actores enriquece la evaluación al aportar múltiples perspectivas y experiencias. Esto permite obtener una visión más completa y precisa del impacto del proyecto.
- Empoderamiento y apropiación: Involucrar a las participantes en la evaluación les empodera y les hace sentir parte del proceso. Esto aumenta su sentido de apropiación del proyecto y su compromiso con la transformación social.
- Aprendizaje colectivo: La evaluación participativa fomenta el aprendizaje colectivo al generar espacios de diálogo y reflexión crítica. Esto permite identificar fortalezas, debilidades y oportunidades de mejora de manera conjunta.
- Relevancia y pertinencia: La participación garantiza que la evaluación se centre en aspectos relevantes y pertinentes para los participantes. Esto asegura que los resultados de la evaluación sean útiles para la toma de decisiones y la mejora continua del proyecto.
Es decir es una apuesta por la construcción de una ciudadanía activa, ya que al facilitar la la participación en la toma de decisiones y en la acción colectiva, las personas nos convertimos en agentes de cambio, y esto va a garantizar que los cambios generados por el proyecto sean sostenibles a largo plazo.
En resumen, estos enfoques permiten generar un impacto más profundo y duradero al empoderar a las participantes, democratizar el conocimiento y construir una ciudadanía activa y comprometida, por lo que estamos muy contentas que organizaciones amigas implementen estos enfoques en su hacer y que cuenten con nosotras para acompañarlas.
En los siguientes meses seguiremos con el trabajo iniciado aprendiendo y compartiendo.